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Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir.

Jesús, el buen pastor

Volvió, pues, Jesús a decirles:

—De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

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